sábado, 14 de abril de 2012

mini relatos


             




                                                                            olvido


Demasiado tiempo tras estas  paredes, la humedad de las mismas y el paso de los años han hecho mella en mi, ese olor  de la madera, el ruido de la carcoma me supera, supera las pocas fuerzas que aún me quedan, si sigo así un tiempo más tal vez no lo pueda soportar, tal vez mi pobre cuerpo  no soporte  mas esta agonía.

Como añoro la suavidad del viento acariciándome, unas manos que con amor se deslizan por mi lomo, el cercano suspiro del aliento, bostezando el placer de mi presencia.


Demasiado tiempo sin ver la luz del día bajo el cobijo de un viejo roble, sentir el placer de la mullida hierba debajo de mí, escuchando el trinar de los pájaros.


Que dura se me hace esta condena compartida entre estos muros, que lejos quedan los días

Cuando al compas del traqueteo de un viejo tren ponía tierra por medio y me perdía con el horizonte, cómo anhelo ver deslizarse el pasador de la ruda puerta y ver girar el pomo de la libertad de mi anquilosada melena.
Demasiado tiempo sin que una salada lagrima se deslice por unas mejillas, tras un sentimiento de soledad y se pose sobre mí, hace demasiado tiempo que el brillo de unos ojos
A través de unas dilatadas pupilas no dirigen su mirada a la angustiosa página de mi vida
Y haga estremecer en mí el inestable asiento de la inestable y raída madera.

Tal vez tanto tiempo difumine lo que negra tinta fue, hoy, solo borrones en el moribundo papel, deseoso que la yema de unos dedos deslicen mis hojas cual peine que peina los vientos.
Demasiado tiempo entre estas paredes compartiendo títulos entre tantas ilustres plumas, jinetes del verso, aventureros del sueño,
Demasiado tiempo esperando ser abierto.

  a.g.g
                                                                        ausencia

Como Cada tarde todos los días  acudía al mismo lugar a mirar el viejo alerón del tejado. La primavera estaba avanzada, mis esperanzas se diluían cual agua en un vaso al sol, los vencejos planeaban en el cielo, pero el viejo macho de golondrina no hacia acto de presencia, la luz de la tarde se prolongaba en el horizonte, yo esperaba sentado en mi banco, el viejo nido colgaba del alerón del tejado, triste como yo, solos.





                                                            cuando sopla el viento



Nunca supe su nombre y quizás, nunca llegue a saberlo. Sentado en un pollo de la plaza a la sombra de un calor de justicia se encontraba aquel anciano de avanzada edad.
Le di los buenos días, me contesto muy correctamente.
-buenos días joven, y tu de quien eres hijo, mi padre es…….le respondí.
Conocí a tu abuelo, fuimos quintos creo que ya murió verdad.
Si hijo tengo más de noventa años, y no tengo prisas, vivo a meses con mis hijas
Y si el viento silba me hago el sordo. Entendí lo que aquel anciano quiso decir.
Un año después volví a la plaza busque el pollo donde se sentaba el anciano,
Pero no lo vi, hice un recorrido visual por la despoblada plaza y no pude ver a mi viejo amigo, permanecí largo rato sentado, meditando, y solo pude escuchar como silbaba el viento.





                                                                    el abrigo




Pude decirla que tenía el vestido manchado a la altura de sus majestuosas caderas, dude y no lo hice. Eso podía haber sido la escusa perfecta por parte de aquella, hasta entonces desconocida, para invitarme a subir a su apartamento con el pretexto del vestido.
Solo llevábamos dos burbon y como decía el viejo Johnson Sabatí, desconfía de una mujer que al segundo burbon te ofrece pasar la noche en su apartamento. El viejo Sabatí sabía de lo que hablaba, tres divorcios y varias relaciones tormentosas le hicieron experto en la materia. El viejo Johnson tuvo que descolgarse por más de una barandilla de balcón engañado por alguna mujer que le dijo que eran separadas o viudas y viéndose sorprendido por los difuntos.
Había algo en aquella mujer que cautivaba, en especial a los hombres de vida nocturna, hombres que merodeábamos los antros con rótulos de neón. La figura de su cuerpo cubierto con un vestido que lo realzaba era la combinación perfecta para hacer que hombres como yo nos fijásemos en ella.
El humo era demasiado denso en aquel tugurio, pero a ella no parecía molestarla el ambiente. La propuse salir a dar un paseo con el objetivo de respirar aire más limpio, la noche era fresca el muelle parecía el sitio ideal para dar un paseo, algunos pescadores preparaban sus aparejos dispuestos a salir a la mar, a lo lejos los candiles encendidos de las barcas se reflejaban en las aguas del muelle como sinuosas serpientes luminosas, ella acepto colgué de sus hombros aquel pesado abrigo y puse su diminuto bolso en su brazo, la noche prometía ser larga. Al poner el pesado abrigo sobre sus desnudos hombros, este me devolvió una bocanada de humo y el olor de aquel sitio. A juzgar por el mismo, debió de pasar muchas horas en el respaldo de alguna silla. Era como si parte de aquel antro, hubiese decidido acompañarnos en el paseo. Varios pelos del abrigo quedaron pegados a mis dedos. Sin duda aquel abrigo sufría alguna alopecia. Encendimos un pitillo con la colilla de otro que ya quemaba mis dedos. El humo dejo de ser gris para hacerse más azul en la limpia noche.
La noche no es que invitase a pasear, pero al menos nuestros pulmones lo agradecerían. Su figura femenina y su rostro perdieron parte de lo que las luces de neón la daban. Por otra parte la hacía más humana.
El viejo Sabatí solía decir, “si quieres conocer a una mujer, espera a que el sol te despierte en su cama”. El viejo debió amanecer en muchas camas. Tal vez a eso se debe su trayectoria en lo que a mujeres respecta. No tarde en darme cuenta, que mi compañera de paseo no se encontraba en su ambiente. Supuse que para ella, un paseo, era el camino más corto para llegar a ninguna parte. La propuse ir a tomar un bocado, el estomago a esas horas ruge como las olas al chocar contra el malecón del puerto. Ella acepto. Por la forma de andar y los zapatos que calzaba comprendí que aceptaría, cualquier cosa menos seguir caminando.
Smith era de esos irlandeses, que sabía que si querías hacer unos dólares en un barrio donde cada cincuenta metros hay un tugurio, debías hacerlo cuando los demás duermen, de ahí su demacrada cara. No se sabe cuando Smith vio por última vez la luz del sol. El local que regentaba no era muy grande: varias mesas y un pequeño mostrador, que hacía las veces de cocina. Había veces que con su fantasmagórico aspecto y el humo de la plancha parecía un fantasma recién salido de la niebla. Era un hombre rudo, capaz de atender la barra, la plancha y las mesas, incluso capaz de coger a algún borracho, por la
cintura y lanzarlo junto a los cubos del callejón. Pero era el único lugar donde a esas horas podías comerte unos huevos con salchichas, o su famosa hamburguesa, aunque nunca entendí lo de famosa: aquello no era más que carne picada, donde a cada bocado que dabas, un chorreoncito de grasa se deslizaba por el duro pan. El lugar no era lo que se dice para pasar una velada romántica, pero nuestros estómagos no estaban para romanticismos, aunque ya hacia un par de horas que la conocía, aun existía en mi la duda, si aquella mujer era lo que yo pensaba, me refiero a aquellas mujeres que se dejan engatusar y que tras varias copas te llevan a su apartamento o al tuyo y te sacan unos pavos. Como decía el viejo Sabatí “Hasta que una mujer no se desnuda, no sabes lo que hay debajo”. A juzgar por su ceñido vestido, no era muy difícil imaginarlo.
Smith estaba acostumbrado a verme a esas horas de la noche, pero nunca en compañía. Me miro con una cómplice sonrisa, en la cual pude ver lo que pensaba. Devoramos nuestros platos grasientos, cual manjar, bebimos cerveza y tomamos café y el rudo irlandés, nos invito a algún licor de procedencia desconocida. Cuando el liquido alcohólico, se deslizo por mi garganta, pensé que lo mejor sería no encender una cerilla hasta que el alcohol se evaporase. En cambio ella parecía digerirlo con normalidad. Allí bajo la luz de una lámpara, pasamos más tiempo del que pensamos. Las luces se fueron apagando, comprendimos la indirecta de Smith. Su tálamo en los Cárpatos, debía de esperarlo antes de que el sol de la mañana cruzara la puerta. Vencidos decidimos retirarnos. La propuse subir a su apartamento, ella declino la invitación, alegando que nos quedaba un poco lejos.
- ¿Por qué no subimos al tuyo?
No me opuse, no todos los días una mujer como esa compartía mi lecho, aunque a juzgar por las viejas palabras de Johnson Sabatí, esto tendría que haberme ocurrido más a menudo, en cierta ocasión al poco de llegar a la ciudad dijo:
- Amigo, con esa cara no te supondrá ningún problema conseguir una mujer en esta ciudad.
Le mire un poco extrañado, a lo que le respondí:
- No veo porque en esta ciudad si, y en otras no
- ¿No sabes quién es Lorenzo el Italiano?
- Pues no. Le respondí.
- Lorenzo es o era el mayor mafioso de esta ciudad y digo era, puesto que hace algunos meses, tuvo que desaparecer, viéndose cada día mas acorralado por la justicia, aunque nunca se demostró nada contra él, prefirió poner pies en polvorosa, antes de que encontraran algo que le acusase.
Lorenzo el Italiano, ni siquiera era italiano, pero por aquello de dedicarse al tráfico y contrabando, no tardaron en ponerle ese apodo. Empezó en el puerto, descargando cajas de pescado y tardo poco en darse cuenta que de ese modo, no llegaría muy lejos. Dicen que en una discusión mató a alguien y pronto quedo demostrada su autoridad en el puerto.
Primero fue un pequeño barco de pesca, luego otro y otro, llegando a ser de los mayores abastecedores de la lonja del puerto, no tardo mucho en darse cuenta que ese mundo no era el suyo. Al Italiano nunca le gusto el olor a pescado y tener que estar al pie del cañón un día y otro día. Esto le hizo buscar nuevos caladeros y los encontró en el contrabando de droga y otros menesteres. Aprovechando la nueva flota, pronto creció en círculos más oscuros ganándose el respeto de la competencia y erigiéndose como amo y señor.
- Una bonita historia- le respondí- pero no entiendo que tiene que ver eso con mi cara.
- Claro que tiene que ver. Si consigues en algún diario atrasado, una fotografía del italiano y luego te miras en algún espejo, lo comprenderás.
- ¿Quieres decir que ese hombre y yo nos parecemos?
- Como dos gotas de agua- Contesto el viejo Johnson.
- Lo extraño es que siendo así, la pasma no me siguiera a mí.
- Visto de esa manera, también tienes razón.
- ¿Y lo de las mujeres porque?
- Bueno el tal Lorenzo, era un Don Juan y tu parecido con él, pensé que te favorecería.
- Pues hombre, mal no me ha ido del todo, pero son más las noches que duermo solo, que las que duermo acompañado.
Al salir del garito de Smith, el relente de la recién inaugurada mañana, aun con los faros de la calle encendidos, más que fresca era fría. Nuevamente cogí su abrigo y se lo puse por encima. De nuevo me pregunte “¿Cómo un abrigo de tan mala calidad, podía pesar tanto?”. La noche hacia mella en nuestros parpados, doblamos la esquina dirección a mi apartamento. La vieja y oronda portera, nos dio los buenos días, con más sorna que educación. Esa mujer debía llevar más control de mi vida, que yo mismo. Subimos los escalones hasta el segundo piso como dos adolescentes en celo, en ambos descansillos intercambiamos fluidos y mi mano fue incapaz de separarse de sus posaderas. Por fin atine a introducir la llave.
- Bonito apartamento- Dice ella.
- Gracias- Respondí- Preparare un café.
- Si tienes coñac, agradecería que le echaras un poco al café- Dijo mientras se despojaba del pesado abrigo, cayendo en el sofá al tiempo que se desprendía de sus zapatos.
Tras el café, acabamos en el dormitorio, ya sin ropas, e hicimos el amor una y otra vez hasta bien entrada la mañana. Bajamos las persianas y vencidos dormimos. La sirena de una ambulancia nos despertó, desconocíamos la hora que seria. Sonó el timbre de la puerta, abrí y allí estaba la vieja bruja.
- Hoy no tiene usted basura- Dijo mientras dirigía la mirada al interior del apartamento, para poder hacer su crónica de portera.
- No, no señora.
- Bien, pues hasta mañana.
- Esperabas a alguien- Escucho a sus espaldas.
- No, es la portera- Cerré la puerta y a través de la mirilla, allí seguía la vieja bruja
- ¿No te apetecería comer algo?-Dijo ella.
- Bien, si quieres podemos bajar. Justo en la esquina ahí un Snacks.
- No, bajare yo. Comprare algo de tabaco y así me da un poco el aire.
- De acuerdo conteste. Aprovechare para darme una ducha.
Nuevamente cogió su abrigo. Me disponía a ir al baño, cuando vi aquel diminuto bolso colgado de una silla, sentí curiosidad y pensé “Lo habrá olvidado”. No me atreví a abrirlo y me dirigí a la ducha.
Habrían pasado unos diez o doce minutos, supuse que estaría al llegar, aunque se llevo la llave. Cuando salí del baño, envuelto en una toalla, la visión que tuve era enturbiada por un fuerte ardor en mi pecho, al tiempo que un hilo de sangre se deslizaba por mi pecho. Caí quedando sentado en el suelo. Aquella mujer había disparado contra mí, no podía entender lo que había pasado. Ahora su figura vista desde el suelo, era más imponente si cabe.
- Cariño, merecías algo mejor que esto-Me dijo.
Yo no podía entender sus palabras, al tiempo que dejo caer entre mis piernas un periódico. En su primera pagina un titular al pie de una fotografía, que ya a duras penas podía leer, decía: “Lorenzo el italiano, testificara en contra de varios capos en un pacto con la fiscalía”.
Dios, qué razón tenía el viejo Johnson, lástima que esa cara del periódico tan parecida a mí, no me sirviese para aquello que Sabatí aseguraba. Pudo haberme dado el tiro de gracia, pero la suerte estaba echada y ella como profesional que era, lo sabía. Percibí en su mirada, ausencia de odio, nada que la hiciese sentirse orgullosa, transmitía su rostro. Me habría gustado ver la cadencia de sus caderas, al abandonar el cuarto aquel, pero aquel pesado abrigo me lo impedía.
FIN




                                                                   


                                   el cuadro








Hacia bastantes minutos, que estaba observando aquel cuadro. Los eruditos pasaban frente a él y sacaban rápidas conclusiones. Yo no llegaba a entender aquellos trazos. Una persona de pelo blanco se me acerco, diciéndome al oído: “Debería observarlo a más distancia”, a lo cual respondí “Usted ve lo que el autor quiere decir”, “No” me contesto “Pero evitara escuchar tonterías de otros observadores”
                                             


                                                                     


                                        el tren
                                                                             


Como cada mañana me disponía a coger aquel vagón del tren, el andén estaba atestado, las puertas se abrieron y corrí al mismo asiento de todos los días. Era un día mas, allí frente a mi estaba ella, a diferencia de otros días nuestras miradas se cruzaron, mi timidez izo caer mis parpados sobre el enjambre de letras del plomizo libro.
La noche fue más larga de lo común la imagen de su mirada me acompaño hasta bien entrada lo noche, caí rendido.
Allí estaba yo en el andén comprobé mi reloj, por unos minutos perdí el tan ansiado tren no lo podía creer, megafonía anuncio la desgracia aquel tren que perdí hizo su último viaje, mi cuerpo se estremeció, en aquel tren iban mis sueños.
Hacia un año del terrible suceso, cogí puntual mi tren me senté en mi sitio y allí, frente a mi escondida bajo sus cicatrices estaba ella, la mire y se supo observada, una nueva sensación corrió mi cuerpo, a partir de ese día nunca perdí mi tren, sabía que nuestras miradas se cruzarían un día.

                                  


                                         la pesca









Aquel hombre y yo, llevábamos desde que despunto el alba a escasos metros, en la orilla del rio con nuestras respectivas cañas, Y no habíamos intercambiado ni una sola palabra. Me disponía a romper el hielo cuando el cascabel de su caña empezó a sonar. Aquel hombre lucho para sacar su pieza, una vez en sus manos, libero el pez y lo devolvió al agua. Tal vez aquel hombre y yo no teníamos que decirnos nada, posiblemente por eso estábamos allí.

                                                                 

                                                                     larga espera

Para la pequeña Irene, la tarde y su actividad de natación había acabado. Al igual que los demás niños se dirigió a los vestuarios. Las luces del centro comenzaban a apagarse. Madres y padres se concentraban en la entrada para recoger a sus hijos. Irene permanecía sentada en las escalinatas, sumida en sus pensamientos, solo las luces de una ambulancia con su sirena la saco de sus cavilaciones… La larga noche acababa de comenzar…




                                                                 venganza







Esos tacones taladraban mi cerebro, diez minutos y mi cabeza iba a estallar, diez años es mucho tiempo, malditos tacones, porque no se sienta, devio coger el arma y huir, pero no, prefirió quedarse, ese hombre estaba muerto, odio esos tacones, solo el ruido del tren callo esos tacones, se oyó un ruido seco, en el suelo un hilo de sangre, diez años de espera, fuera de la estación, el otoño dejo caer sus hojas.




                                                tragicomedia en tres actos                


Acto primero= el acto de evacuación
Acto segundo=el acto sexual
Acto tercero=acto final
Según una nota del autor el acto final narra los hechos acontecidos tras los dos actos primeros, en un principio pensé desarrollarlo en cuatro actos
Llegando a tener incluso el titulo para dicho acto, quise llamarlo acto cuarto, en él se desarrollaban los acontecimientos acaecidos y posteriores a los tres actos primeros, llegando a la conclusión y por no agobiar al lector que sería más conveniente dejarlo en tres;
Aclarado el punto de los actos a continuación pasamos a hacer una pequeña biografía de los personajes, para de esta manera hacer más accesible al lector el desarrollo de la historia, dada la complejidad de los nombres de los mismos y no llegar a confusiones.
PERSONAJES.
ENCOMBO PINGAJO---también llamado ENCOMBO CON “B”cazador de elefantes separados, hombre venido a menos y entregado a placeres mundanos, amante de MARI ROSA e inversor de la burbuja inmobiliaria.
KOMBE MIPINGA---aldeano dedicado al pastoreo, esposo de MARI ROSA, inventor como quedo demostrado en la oficina de patentes donde algunos de sus inventos fueron desarrollados y otros “tampoco”, KOMBE amigo de ENCOMBO es el personaje de esta historia que mayor peso lleva “en su cabeza claro”
MARI ROSA---esposa de KOMBE amante de ENCOMBO y madre de ENCOMBO JUNIOR, aunque nunca estuvo demostrada su maternidad.
ENCOMBO JUNIOR---hijo de ENCOMBO y MARI ROSA y posiblemente también de KOMBE, esto nunca estuvo demostrado dado que el registro civil de la aldea quedo inundado un verano en una tormenta seca.

acto primero
Corrían tiempos difíciles en la pequeña aldea donde se desarrollaron los acontecimientos que a continuación les voy a narrar, todos los protagonistas eran originarios de la misma;
Dicho lugar se encontraba al norte del país y al sur de África, vamos al este América, claro dependiendo donde nos situásemos, lo que estaba claro es que estaba allí creemos ,basándonos en las crónicas de la época “aunque esto no es seguro si nos basamos en los más viejos del lugar, cosa difícil de aclarar puesto que murieron todos menos uno, que está vivo”
ENCOMBO PINGAJO uno de nuestros personajes nació en la aldea una noche como otra cualquiera cuando mas calentaba el sol, su padre al igual que su abuelo y una tía solterona que tenia se habían dedicado desde tiempos remotos a la caza de elefantes separados, ENCOMBO siguió la tradición familiar “y fue soltero como su padre y su tía” y también se dedico a la caza del elefante separado.
Dando por supuesto que todos conocemos que es la caza del elefante separado, y por si alguien lo desconoce, les diré , que no es que entre los paquidermos existiera el divorcio, no, no es eso, consiste en abatir a aquellos miembros y miembras de la manada que por causas personales se separaban de los demás, en eso consistía la labor de ENCOMBO en eliminarlos, esto le hizo famoso en la comarca a ENCOMBO y temido “por los elefantes claro esta” llego a tener gran reputación siendo muy disputado por las féminas del lugar por su gran …..
KOMBE MIPINGA al igual que ENCOMBO con “B” también nació en la aldea.
Descendiente de un linaje dedicado a la cría, adolescencia, y muerte de ganado desde tiempos remotos,
ENCOMBO con “B” como le llamaban sus amigos para diferenciarle de otro miembro de la aldea llamado ENCOMBO pero este con V ,como os decía ENCONBO y KOMBE eran buenos amigos, este a diferencia de su amigo estaba casado con MARI ROSA el casado es KOMBE para que no nos liemos.
En la aldea corrían tiempos difíciles, el cambio climático ,la apertura de grandes centros comerciales, y la caza furtiva de elefantes por parte de algunos monarcas europeos ponían al borde de la extinción a los paquidermos, con lo que hacía pasar largas temporadas en paro a ENCOMBO, Y buscar ciertas formas de distraerse en la aldea.

acto segundo
.
Se encontraba KOMBE al cuidado del rebaño en la llanura, un día como otro cualquiera, a la sombra de una higuera, el día irradiaba una luz por encima de las nubes que invitaba a la contemplación, hete aquí que sucedió algo que cambiaria el rumbo de la rutina diaria, KOMBE sintió en su interior y cuando digo interior me refiero a su interior más profundo es decir sus intestinos, es decir lo que vulgarmente se conoce como apretón,
Viéndose incapaz de controlar la situación decidió que ese era el lugar y el momento de proceder a la evacuación, y esta es la evacuación que me refiero al dar titulo a este primer capítulo en fin continuemos, pero, pero sucedió algo que no estaba previsto, cuando KOMBE introdujo la mano en el zurrón, sorpresa vio la ausencia en el mismo de papel higiénico y dada su pulcritud lanzo se a la carrera hacia el poblado en busca del mismo e hizolo saltando todo tipo de obstáculos lo que aceleraba el proceso natural de la bola intestinal, una vez en el poblado se dirigió hacia su choza con la intención de aprovisionarse del rollo del celuloso papel, poder evacuar y volver con su rebaño, habiendo dado rienda suelta al esfínter, pero sorpresa, que vio KOMBE al introducirse en la choza sí, eso que estáis imaginando que no había papel, no, no seáis mal pensados papel había, pero menudo papel su amigo su gran amigo yacía en horizontal con ROSA MARI, por unos instantes se hizo el silencio solo interrumpido por los gemidos que lanzaba ROSA MARI al no haberse percatado de la presencia de su marido, solo cuando percibió que su marido estaba allí descendieron de ritmo gimiendo más despacio .
Que pudo pasarle a ROSA MARI para llegar a esa postura y no me refiero a la postura horizontal, tal vez el hecho que ENCOMBO fuese un deseo que afloraba en las féminas del lugar, ROSA MARI un poco abandonada por su marido muy distraído en sus asuntos sintió o una atracción hacia el amigo de su marido, quien sabe.
Como podía volver a mirar los ojos de su marido, ese hombre que la dio todo, ella que disponía de lo mejor, complacida por su marido que la colmo de lo último, llegando a tener incluso una cocina de inducción, hasta ventanas de aluminio con puente térmico y oscilo batientes, como mirar a la cara de su marido sin sentirse humillada.
Que pudo pasar por la cabeza de ENCOMBO con “BE” al ver a su mejor amigo allí de pie, lo que paso por la cabeza de KOMBE ya lo sabemos,
Ellos que lo fueron todo, ellos que recorrieron en su juventud los garitos de la comarca llegando a compartir experiencias varias,


Ellos que asistieron al ritual de desfloración de ROSA MARY, ellos que tomaron parte del mismo ritual en el que participaron todos los mozos de la aldea e incluso algunos llegados del extrarradio ese día feliz para todos , sobre todo para “ROSA MARY “atrás quedaba la niñez de ROSA MARY.
Por unos instantes EMCOBO pensó decirle a su amigo que aquello no era lo que parecía, que al entrar en la choza tropezó y cayó encima de ROSA MARY intentando levantarse varias veces sin éxito, pero como decirle eso a su mejor amigo, pensó decirle la verdad y pedirle perdón ,pero el odio y la ira se habían alojado en los ojos de KOMBE,viendo como este se dirigía a por su arco y las flechas, ENCOMBO con “B” solo dispuso de unos segundos para incorporarse, central el taparrabos y salir por piernas, ROSA MARY embelesada y sin saber qué hacer y decir, quedo tumbada con una pierna hacia el este y la otra hacia el oeste dejando expuesta sus vergüenzas a las corrientes” la ventana estaba abierta” KOMBE no se digno a dirigirla una mirada, sumido en su odio logro alcanzar flechas y arco y una caja de balas y corrió en la misma dirección que lo había hacho ENCOMBO con “B”.
Os esteréis preguntando para que quería KOMBE MIPINGA una caja de balas, si no tenia rifle, pues la cosa esta clara, claro después de aclararlo,
Una tarde estando KOMBE de pastoreo tropezó con un cazador japonés furtivo, este le explico a KOMBE que con el arma que llevaba y las balas era más fácil abatir las piezas que con flechas y lanzas puesto que la velocidad que cogían las balas era superior a la de las flechas no dando opción al animal para darse a la fuga, dicho esto el japonés salió por pies viéndose perseguido por dos municipales, no sin antes dejar a KOMBE una caja de balas, caja de balas que nunca supo cómo usar puesto que las instrucciones venían en japonés antiguo, pero si había algo que KOMBE tenía eso era tiempo y pensando, pensando, pudo dar utilidad a las balas
La cosa era muy sencilla KOMBE puso la bala en la punta de la flecha y tras un primer lanzamiento pudo comprobar que efectivamente la bala llegaba antes que la flecha, y aclara este punto KOMBE corrió y corrió pero no tanto como ENCOMBO con “B”.
Como os decía KOMBE era un hombre ingenioso y de recursos como ha quedado demostrado, muy dado a inventar, entre sus grandes inventos
Estaba el tirachinas con espejo retrovisor, muy útil a la hora de abatir aves en los arboles pues esto le permitía poder visualizar a un mismo tiempo

Todo lo que acontecía a sus espaldas mientras disparaba el tirachinas
Otro de sus inventos fue el reloj de arena húmeda, este le permitía controlar el tiempo, el mecanismo era muy sencillo una vez que hubo miccionado en la arena y posteriormente comprobado con un reloj digital el tiempo que tardaba en secar la arena, KOMBE tras varias meadas seguidas y sumando el tiempo de todas podía calcular el tiempo global, sus grandes inventos fueron muchos y variados como quedo registrado en la oficina de patentes, un genio se llego a decir.
ROSA MARY quedo abatida viendo como el hombre que había formado parte de su vida, y el hombre que lo fue en la última hora, salían de la aldea, y corrieron y corrieron……
ROSA MARY cuyo nombre le fue puesto en el ritual de desfloración puesto que antes del ritual todas las jóvenes del la aldea vagaban por las calles
Lo cual era un problema a la hora de la merienda, como llamar a tu hija si no tiene nombre, muchas fueron las tardes que ROSA MARY quedose sin merienda, en el ritual con su nueva condición de mujer los más viejos de la aldea daban un nombre a las desfloradas a nuestra protagonista le fue asignado el de ROSA MARY que en la lengua nativa de la aldea se significaba” flor que se abre” en aquel momento de abatimiento ROSA MARY tuvo un presentimiento sintió en su interior la llamada de La maternidad, justo allí supo que en su interior la semilla de ENCOMBO con B había germinado en sus trompas, sintiose preñada al tiempo que embarazada ,con un embarazoso problema, supo que aquello había sido un embazo prematuro, pero esto debía ocultarse al menos por el momento.
Pasaron días y mas días y ENCOMBO con B corría, nunca miro hacia atrás y KOMBE corría tras de Él, tras las huellas del que un día fue amigo y hoy su enemigo, y corrieron los dos, los días pasaron y también los meses, ambos dos corrieron sin mirar atrás, solo KOMBE de vez en cuando hacia un inciso en el camino y miccionaba en la arena para poder comprobar la ora que era, esto que podía parecer un inconveniente le alejaba mas y mas de ENCOMBE con B y a un tiempo de ROSA MARY, tanto corrió ENCOMBE que llego al extremo norte de áfrica, allí donde se acaba la arena y comienza el mar. Agotado tumbose a dormir en un fardo de algodón, con tan mala suerte que mientras dormía y víctima del agotamiento fue introducido en un barco mercante, este zarpo y alejose mar adentro.

KOMBE impresionado al ver tanta agua supo que a partir de allí no podría seguir las huellas de su enemigo y tampoco podría calcular el tiempo sin arena, nuevamente pasaron días y semanas y aquel barco llego a puerto
Concretamente al de NEW YORK, ENCOMBO con B lo supo enseguida al ver la estatua de la libertad, y eso que estaba de espaldas, EMCOMBO tras firmar en el diario de abordo como polizón y haber rellenado unos documentos por duplicado disponiéndose a bajar por las escalerillas sintió una voz que grito su nombre, el pánico corrió por sus espaldas creyó oír la voz de su perseguidor y perdiose entre callejas.
Vago por las calles y callejas, y alto de mandar currículuns, sorpresa
En la puerta de un piano bar un anuncio decía, se necesita profesional del clarinete, encombe no lo dudo entro al tiempo que paso y llego a estar dentro.
Tras filmar un contrato por cinco años incorporose a su labor y pasaron los días y los meses, y triunfo llegando a tener éxitos y posterior grabación de varios casetes de coche.
ROSA MARY viendo la imposibilidad de ocultar lo que ya era evidente, decidió salir de la aldea y lo hizo una noche mientras todos dormían, evitando la vergüenza, llegó al norte de África y un sexto sentido le hizo subir a un barco cargado de Kétchup con dirección a América y llego a Nueva York, a pesar de su avanzado estado. Anduvo por las calles pero las autoridades la apresaron y viendo que tenía el carne caducado, la deportaron a África y a África llego, e intentolo de nuevo en un barco de perritos calientes y llego a Nueva York y fue nuevamente deportada y lo hizo otra vez, esta vez en un barco de galletas integrales con gluten. Y con tanto ir y venir, llego el momento del parto. Un parto de un embarazo tardío. El embarazo la duro nueve meses y treinta y dos días. Al fin nació el joven Enkombe Jr.
El joven Enkombe era el vivo retrato de sus padres y las autoridades tuvieron que aceptarla con nacionalidad noruega, venida a menos en lo que al color de la piel se refiere. Pasaron los días y también los meses.
De Kombe nunca se supo. Lo último que se supo de él, es que fue visto en la oficina de patentes, diseñando una nueva ruta para golondrinas, más rápida que la que habitualmente usaban.
ROSA MARY al poco de dar a luz cogió unas fiebres bajas, solo tuvo tiempo para poder reconocer las señales que el joven Enkombe Jr. hacia visibles en su cuerpo, lo que siempre supo e intuía que el hijo era de Encombo con b.
Las señales eran inconfundibles, el joven Enkombe Jr. había heredado el mismo pelo rizado y el color claro de la planta de los pies, y sin lugar a

dudas la señal más clara, a Encombo con b cierto día que sintió la llamada del esfínter, puso se dé cuclillas en medio del campo, dispuesto a evacuar, pero esta vez no tomo precauciones, dejando en reposo sobre el suelo el miembro viril, exponiéndolo a todo tipo de peligros, hecho que aprovecharon ciertas hormigas rojas muy temidas por sus mordeduras y posterior protuberancias donde dejan la mordida,Encombo llevo de por vida esas marcas de lo cual dieron fe buena parte de las féminas del poblado, el joven Encombe junior heredo de su padre esas marcas.
ROSA MARY no pudo registrar el niño las fiebres bajas acabaron con su vida, el joven ,Encombe quedo huérfano siendo adoptado por una familia de Oklahoma, y tuvo una infancia en los primeros años de su vida no posteriormente, ni antes, de nuevo la desgracia cayó sobre el joven Encombe sus padres adoptivos sufrieron un accidente de tráfico donde perdieron ambos la vida por primera vez, al parecer un avión que volaba con las ventanillas abiertas callo ,quiso la mala fortuna que lo hiciese sobre el vehículo de los padres del joven Encombe que circulaba por un túnel, mala suerte , de nuevo el pequeño Encombe quedo huérfano con apenas doce años, sus padres adoptivos tenían algún dinero ahorrado mas lo que cobro el joven por el seguro, llego a tener una pequeña fortuna dedicándose a conocer mundo, cuando cumplió la mayoría de edad.
Pero aquel dinero no duro para siempre a la edad de veinte años acabo en España, ya sin un duro.
Mientras Encombo con B triunfo e hizo fortuna decidiendo invertirla en ladrillo que mejor sitio que España, pero aquello fue pasajero y en una de esas inversiones inmobiliarias la burbuja estallo dejándolo prácticamente en la ruina, espero y espero a que las cosas cambiasen pero los brotes verdes no llegaron, con tan mala fortuna que el permiso de residencia le vencía y viose abocado a hacer de esto y aquello, tuvo que tocar el clarinete en el metro DEL PUENTE VALLECAS para poder vivir ,la competencia era feroz.
Un día encontrabase en la puerta de un mercadona vendiendo un ejemplar de LA FAROLA y ate aquí divina providencia, quiso el azar que un joven se dirigiese a la puerta, cual fue la sorpresa de Encombo con B al ver al joven, aquellos cabellos esos andares, en ellos vio a ROSA MARY acercose, parole y preguntole a lo cual el joven EMCOMBO mirole y contestole, -acaso nos conocemos- dijole
-cómo te llamas- encrespole
Encombo- respondiole,
Encombo con B palideció, sudo y enfriose,
-como se llama tu madre- insistiole

-ROSA MARY- afirmole
Nuevamente palideció, y volvió a enfriarse
-pero murió ya – dijole
Lamentolo Encombe con B y callo, no de caer, sino de callar,
No había duda nuevamente mirolo viendo en el mozo
La cara de ROSA MARY y viose a si mismo años atrás, acto seguidos ambas dos se fundieron en un abrazo hasta el amanecer,
Durante largo tiempo se contaron sus trayectorias, su andar por el mundo.
Qué cosas tiene el destino, ellos que habían corrido medio mundo acabaron reencontrandose en la puerta de un mercadona.
Aquello cambio sus vidas, la situación les era favorable,
Tras las pertinentes pruebas de paternidad y una vez demostrada la misma por un equipo de salvamedelux, solo un pequeño orificio en el lóbulo de la oreja derecha hizo dudar algo a encombo con B PUESTO QUE SU BUEN AMIGO COMBE MIPINGA también lo tenía, pero este detalle fue desestimado y diose la paternidad a Encombe.
Solicitaron todo tipo de ayudas al gobierno Español y les fue concedido un piso de protección en parla, les hicieron un contrato fijo en la puerta de un mercadona.
Fueron felices en su pisito de parla desde el que todas las tarde a la caída del sol soñaban con volver a su aldea y poder seguir cazando elefante separados,
Colorín, colorado en un pisito de parla han acabado.


FIN






                                                      amigo fiel


La mañana era fresca, el tímido sol aún no había despejado la escarcha de un tímido mes de marzo, la tierra estaba dura, el viejo sepulturero no tenía la habilidad en sus brazos que tuvo en otros tiempos para manejar el azadón y la pala. Los años y el alcohol habían hecho mella en el viejo Leoncio, así se llamaba aunque para abreviar le llamaban Leo, Leo el de los muertos, como le conocían en el pueblo. Algo motivaba al viejo Leo a hincar con más pasión que otras en el foso que estaba realizando. La misión del viejo consistía en cavar fosas, esperar que fuesen ocupadas y depositar la tierra extraída en el mismo.
- Siempre te gustó estar por encima de los demás- se decía una y otra vez- pues en esta ocasión serán los demás los que estén por encima de ti, te cavare un hoyo tan profundo que todos los del cementerio estarán por encima de ti- se decía.
El odio acumulado en el viejo Leoncio se reflejaba en sus ojos, si Leoncio era viejo su compañero no lo era menos, el viejo chucho era el único amigo de Leoncio de los últimos años, aunque a juzgar por el aspecto del mismo no es seguro que el perro pensara lo mismo. En los tiempos en que Leoncio podía sujetar una escopeta en sus manos, antes de que las autoridades le retirasen el permiso de armas debido a su afición al vino, el viejo perro sabía levantar las perdices y liebres como ninguno, pero ya solo era sombra de lo que fue, un saco de pulgas exponiendo por su costado las cicatrices del hambre.
Al igual que el viejo chucho levantaba las perdices, el difunto y futuro inquilino del foso en otros tiempos supo levantar la novia a un joven Leoncio y eso nunca se lo perdono.
-Ahora podre descansar cuando te vea metido en este agujero – murmuraba Leoncio- ya no podrás robarme nada, y si yo estoy solo con este viejo chucho, tú estarás solo y más por debajo de los demás, a ti que tanto te gusto estar por encima.
Leoncio acostumbraba a llevarse el almuerzo al trabajo, el cual dejo en el suelo junto a la fosa que estaba cavando, envuelto en papel grasiento de periódico. El viejo perro era incapaz de arrimar el hocico al bocadillo, las mataduras de su lomo, le habían enseñado a obedecer con solo una mirada de Leoncio. Apenas asomaba la cabeza por encima de la superficie el viejo Leoncio. Ignoraba que el montón de tierra extraído había sepultado su bocadillo. La ira se arrojaba en él, y solo el deseo de hacer profunda aquella fosa imperaba en su mente. Un fuerte dolor sintió Leoncio en su pecho, el cual ignoro, siguió picando, cuando un segundo latigazo recorrió su pecho, cayó fulminado, cuan largo era, sobre la húmeda tierra. Avanzo la mañana y el viejo chucho, sintió como su estragado estomago rugía. Aullando asomo al agujero,
esperando las migajas del bocadillo, viendo a su dueño tumbado en el mismo. Aquel hambriento chucho, debió pensar que su amo dormía. De no ser así, un nuevo palo acabaría en su lomo, con sus deformes patas delanteras, se puso a mover la tierra, que cubría el bocadillo, lanzando la misma en el interior de la fosa y cubriendo a su amo. El chucho dio buena cuenta del bocadillo y se retiro a escasos metros a echar una siesta. La comitiva fúnebre avanzaba esquivando tumbas en el suelo, llevando a hombros el ataúd de aquel que levanto la novia al viejo Leoncio. Dos cabos por ambos extremos fueron introduciendo la caja hasta el final del profundo foso. Ante la no extraña ausencia de Leoncio, pues todos conocían su afición al vino, dos operarios remataron la faena cubriendo el foso. Varias coronas se depositaron en el suelo, el lugar quedo solo. Solo con el viejo saco de pulgas gimiendo a los pies de un epitafio, que decía “Tus amigos siempre contigo”.



                                                                    EL ARCOIRIS



Nací y me crie hasta bien entrada mi niñez, en un pueblecito a la ladera de un monte. Mi pueblo era uno de tantos de un angosto valle, rodeado de montañas. La columna vertebral del valle era su río, que le dividía en dos partes con amplias praderas en ambos lados y tierras fértiles, de donde mi pueblo supo sacar el sustento de su gente. Al norte las altas montañas coronadas por las últimas nieves de la primavera, hacían llorar en su deshielo, los arroyos del valle.
Desde muy niño, siempre escuché llegada la primavera, la vieja historia o leyenda del arcoíris.
- Ves los dos puntos donde se apoya el arcoíris, con sus siete colores. Pues allí, bajo la tierra, se encuentran dos ollas repletas de monedas de oro.
Cada primavera y cada otoño, cuando caen esas lluvias que son precedidas por un radiante sol, hacían acto de presencia los arcoíris. Yo creía que era algo exclusivo de mi valle y soñaba con encontrar esa olla.
Arcoíris que veía, ahí estaba con mis manos excavando la tierra, en busca de mi premio. Mi sueño se difuminaba a medida que ahondaba en la tierra y  crecía con la vista de un nuevo arcoíris.
Fueron pasando los años, pero nunca deje de albergar la esperanza de encontrar mi olla. Las circunstancias hicieron que tuviese que abandonar el valle. Creo que fui un niño feliz, al menos, así lo veía ahora.
 Pasaron más años. La nostalgia me hacia soñar con las praderas verdes y arcoíris esperándome. Aún tenía la sensación de que algún día encontraría mi olla y sería inmensamente rico. Nuevamente, pasaron los años y una primavera volvía a mi pueblo. Quise caminar sin rumbo y llegué a las praderas de mi niñez. Me sorprendió una tormenta y al igual que llegó se fue, dejando brillar el sol.  El arcoíris más nítido que otras veces, me indico donde debía de buscar. Sin pérdida de tiempo me dirigí hacia uno de los dos extremos, Me puse a escarbar y nada tampoco hubo suerte. “Tal vez en el otro extremo”, pensé, pero ya había desaparecido.
Fue entonces cuando en mi desilusión, baje la mirada y vi el agujero en el suelo y pude ver lo que tantos años estuve buscando.
Allí, bajo mis pies estaba. Solo en la tierra. Levante los ojos y aun quedaba nieve en la cumbre de la montaña. Gire sobre mí, desplazando mi mirada por el valle, Al tiempo que de mis ojos, brotaron unas lágrimas, deslizándose por mi mejilla, para  caer en el profundo hoyo.
Habían pasado muchos años, y el tesoro siempre estuvo allí, bajo mis pies y en mí alrededor. Mi insistencia encontró su recompensa, mientras como hilos de plata, los arroyos que bajaban de la montaña vertían al valle, las aguas de las últimas nieves.
                                                      A PABLO OJALA ENCUENTRE UN DIA SU ARCOIRIS.





VUELO 0013

Logan rechazó la oferta de aquel apartamento, junto aquel parque en el mismo centro de la ciudad, por tratarse de una trece planta.
Logan desde muy pequeño fue convirtiéndose en un supersticioso compulsivo. Todo aquello que tradicionalmente era malo para los supersticiosos mas algunas propias hacían de Logan, una persona que medía sus actos antes de llevarlos a cabo.
Gatos negros, espejos, escaleras, números… Todo debía de evitarse.
La mañana de aquel caluroso mes de julio, no presentaba ningún obstáculo en la larga lista de supersticiones para Logan. Una llamada de teléfono de la oficina, hizo que tuviera que incorporarse una hora antes al trabajo,Asuntos urgentes le requerían para unas gestiones de última hora.
Como todas las mañanas, avanzo por la gran avenida, dispuesto a coger el autobús que habría de llevarle varias manzanas más allá y tras coger el ascensor, subió a la planta 32, donde su superior le agasajo con un montón de documentos.
-          Tendrás que coger un avión hoy a las 22:00 h, con destino a Roma.
Logan estaba acostumbrado a este tipo de viajes relámpagos, subir a los aviones y pasar varios días fuera de la ciudad. Aún tenía tiempo suficiente para preparar su equipaje: una pequeña maleta, su ordenador y muchos documentos que ordenar antes de llegar a su destino. Parte del vuelo lo pasaría preparando y organizando dichos papeles.
Bajo los 32 pisos, cogió un taxi y a través de la gran avenida, volvió a su apartamento a organizar todo.
 Nubes negras amenazaban en el cielo, el calor sofocante, presagiaba tormentas de verano con aparato eléctrico,Esto inquietaba a Logan, aunque no había nada supersticioso en ello, aunque tampoco le dejaba indiferente.
Al llegar al edificio donde se encontraba su apartamento, saludo al portero y fue correspondido. Este le indico que el ascensor debido a un parón eléctrico dejo de funcionar. No suponía ningún obstáculo, excepto subir los 300 peldaños de escaleras que le separaban de la planta 11. Tras una ligera siesta y una rápida ducha, dispuso lo necesario para partir. Debía de salir al menos 3 horas antes hacia el aeropuerto. El tráfico intenso y las medidas de seguridad en el aeropuerto, así lo requerían. El billete de avión, introducido en un sobre, indicaba el horario y el vuelo hacia Roma. Todo sucedió tan rápido, que Logan apenas si tenía tiempo, si no para pensar en la tarea que le había sido encomendada.  Bajo los 11 pisos ya con el ascensor funcionando, levanto la mano al primer taxi que paso, sugiriéndole al taxista el camino más rápido. El mismo con el afán de ganarse una buena propina, apuro varios semáforos, llegando a pasar uno en rojo. Esto le inquieto más a Logan, pues eso no era buen presagio, dentro de sus supersticiones. Todo parecía ir bien, el taxista ganó su propina y Logan llegó 20 minutos antes de lo previsto. Vio como el taxi se alejaba y pensó en el color del mismo “amarillo”,  “que diablos” se dijo, “taxis cojo todos los días”. Presento su pasaporte en el mostrador, con el billete de vuelo.
-          Señor, su vuelo esta en hora, coja el pasillo de la derecha y diríjase al control- dijo la dependienta.
Mientras esperaba en la terminal, Logan no paro de poner en orden los papeles, el trabajo era mucho.
Con suma puntualidad, aquel avión levanto el vuelo. No sin antes, haber hecho un despliegue de rituales por parte de Logan, para blindar su suerte. Una vez hubo cogido altura el avión, por megafonía se les dijo a los pasajeros que podían quitarse los cinturones. En las pantallas, una película amenizaba el vuelo. A través de la ventanilla, los destellos de la tormenta, ponían nervioso a Logan, el cual bajo la cortinilla de su ventana. Habían pasado varias horas desde que despegaran de Los Ángeles, California. Acababan de atravesar los Estados Unidos y estaban en medio del Atlántico. Tras una cabezada, Logan vio que  los rayos habían cesado, una tenue luz indicaba que por el este, estaba amaneciendo. Tres o cuatro horas más y estarían en Roma.
El humo se hacía visible en kilómetros, la zona donde aquel avión dejo de volar era de difícil acceso. Los periódicos de la mañana, en su primera edición pudieron lanzar la noticia, el fatal desenlace. “El vuelo 0013 procedente de Los Ángeles, en la mañana del 13 de julio había sufrido un accidente en Los Alpes. Se cree que no hay supervivientes dadas las características del mismo”.
Logan absorto en todo el trabajo, que le había sido encomendado, no reparo en el numero del vuelo, ni pensó que aunque salió de su ciudad el día 12, tras cruzar el atlántico, entraría en Europa, el día 13. Para Logan su esquiva suerte, había acabado.


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